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miércoles, 3 de agosto de 2016

EL QUEBRANTAMIENTO SOCIAL


EL QUEBRANTAMIENTO SOCIAL

 

Por mucho que se pongan catalanes y vascos con sus nacionalismos exacerbados –junto a algunos más que se pudieran apuntar- y sus políticos, cuando ya no puedan engatusar más a la gente, estén por la labor, en mi opinión, España no se va a fragmentar. Sencillamente porque los de las guerreras y el sable no lo van a permitir.

Pero, con la inestimable ayuda del rectángulo comunicador de lo no esencial y de lo innecesario de saber y ocultador de lo que acontece verdaderamente, más la colaboración “impagable” de Real Madrid y Barcelona siempre atentos a desviar la atención de lo que no conviene que se conozca (de lo peligroso para las negras intenciones político-empresariales de latrocinio y explotación) y pueda preocupar a la masa, si están a punto de conseguir nuestros políticos que se consume el quebrantamiento social.

A no tardar mucho habrán “dividido” el País para su uso y disfrute y habrán hecho trizas la dual incongruencia derecha-izquierda por mor del embaucamiento, dado que todos forman parte del “establishment”, del sistema de privilegios.

Quieren hacer, a mí no me cabe la menor duda, dos Españas: la de los pobres y la de los “desarrollados”.

El 50% de los ciudadanos sumidos en la pobreza relativa y viviendo con el 60% del salario medio, y un alto porcentaje de éstos –quizás la mitad- en la sección extrema de esta con menos de un euro al día (En Extremadura, 40% de pobreza relativa, estamos a las puertas de que lo logren).

Y el otro 50%, los “desarrollados”, formado por los llamados “mileuristas” que no pasarán de los 12.000-13.000 €/ brutos anuales a lo sumo y que han aumentado en los últimos tres años en más de 7 millones (ya son 18,3 millones), lo que, al paso, revela la catadura de la empresa española que, para más inri, es la más subvencionada por el Estado de toda la UE; los de la clase media, que, no lo duden, quedará reducida a la mínima expresión; y la clase política opulenta, la empresarial, la gente del “arte” y los deportistas de élite, que tendrán –como ahora- unos ingresos ciclópeos e incitadores a la rebelión social. 

¿Será que, por pasivos y sumisos, nos lo tenemos merecido?

30-10-09

 

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