POLÍTICA FISCAL:
LA VERDAD, ESO DEL IRPF…
Me
tiene hasta la coronilla, por no decir una obscenidad. ¿Es que no hay nadie que
sea capaz de explicar, claramente para que lo entendamos todos, las argucias
que lo conforman y cómo está diseñado para que sólo las rentas más altas salgan
“ilesas” de sus embates? ¿Es que no hay nadie, de los que conocen sus
entresijos –Asesores, Gestores, Inspectores, etc.- que tenga el arrojo de
explicar sus desgravaciones y deducciones y cómo afectan más, obviamente, a los
más pudientes? ¿Y el Gobierno? ¿Porqué no establece que dichas desgravaciones y
deducciones sólo sean para las rentas inferiores a 30.000 €/año? Qué, por otra
parte, sería lo más justo, lo inequívocamente socialista y lo de mayor calado
social. Incluso, si me apuran, para las rentas antes señaladas, habría que
aumentarlas, o rebajar los tantos por ciento que se les aplica sobre la base
imponible (cuando menos a los millones de mileuristas, dieciocho creo que son
ya). Eso sí que sería una reforma fiscal adecuada y progresiva. Sencillamente,
porque los que gozan de unos ingresos altos tienen muchas más posibilidades de
“adquirir” los productos deducibles y desgravables que, además, no van a
necesitar cuando se jubilen. Pero en fin…
Desde
luego, no es de recibo, como he leído por ahí, que subirá el tipo marginal del
43% al 47% para las rentas superiores a 120.000 € (pagarán unos mil € más,
¡menuda ruina!) y no se tocará, de momento, ese impuesto sobre las grandes
fortunas (como el que existe, por ejemplo, en Francia, donde quizás lo pague la
Sra. Ministra de Hacienda por sus apartamentos en Cannes) o el extinto Impuesto
sobre el Patrimonio, que, salvo que la inspección “no persiga” como ocurría
cuando se aplicaba, es el único que puede hacer justicia fiscal. Todo gracias a
la aquiescencia del Partido Nacionalista Vasco (PNV) –al que debemos estar muy
agradecidos, pero, sobre todo, los más pudientes- que apoyará los Presupuestos
Generales del Estado a cambio de alguna prebenda, como ya ocurrió en otras
ocasiones, y dejará las manos libres al Gobierno para consumar sus “trajines”.
¿Y
por qué será que estos demócratas jamás bareman y su política fiscal es un
enojo más a los trabajadores, curiosamente, por el partido de los obreros?
23-09-10
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