UN AVIÓN DE GUERRA PARA MIGUEL HERNÁNDEZ.
Castuera
-donde “estuvo”, según parece, el poeta de Orihuela Miguel Hernández, que murió
a los 31 años en la cárcel de Alicante de tuberculosis pulmonar- se halla
inmersa en la celebración del centenario de tan insigne personaje y tiene
instalado un mural en la fachada del Ayuntamiento con la siguiente inscripción:
“Soy una abierta ventana que escucha por donde va tenebrosa la vida. Pero hay
un rayo de sol en la lucha que siempre deja la sombra vencida”, que, ni que
decir tiene, forma parte de uno de sus poemas.
Hasta
aquí muy bien. Nada, por supuesto, que objetar al enardecimiento de la labor
del poeta comunista en favor de la República y de las Libertades por las que se
desvivió y, en cierto modo, dio su vida.
Mas,
siendo Castuera una población en la que la contienda nacional –y no quiero ser
guerracivilista- dejó huellas de la manera más cruda y horrible (hasta hubo un
“Campo de Concentración”, con lo que eso significó), resulta más que desatinado
que para saludar a quienes nos visitan se tenga instalado en un gran pie, en la
rotonda de entrada al municipio, un avión de guerra (F-no sé cuantos) de los de
verdad que, para colmo, está pintado -de camuflaje- como cuando interviene en
combate. O sea, algo así como “listo para cazar” escuelas, hospitales y a la
población civil en general, pues ya se sabe que en las guerras modernas mueren
más civiles que soldados.
Y
uno se pregunta, por consiguiente, qué pensaría, si viviera, Miguel Hernández
al ver semejante “esfinge” de muerte y destrucción en lugar de, por ejemplo, un
busto suyo... Aquí que, como farisaicamente se ha puesto de manifiesto, algunos
tanto aprecian su nombre y su obra.
Y
que diría si supiera que ese “aparato”, reitero, hecho para sembrar la muerte y
el llanto de inocentes (que debería estar devuelto a sus dueños -la Base de
Talavera- porque así se aprobó en un Pleno de la Corporación Municipal)
permanece incólume porque el Sr. Alcalde (¡Socialista!) se niega, por sus…
“agallas” a quitarlo, en una postura de falta de respeto al acuerdo plenario,
nada democrática y propia de un vulgar oligarca de la época del poeta.
Pues...,
no lo sé. Pero quizás, de vivir hoy, Miguel Hernández habría dedicado a ese
“artefacto afrentoso” de Castuera unos versos –“corregidos”- de uno de sus
poemas que dirían así: “No calarás. No puedes calar, forma que vagas por estas
crujías donde el aura es mi nudo. Por más que te debatas en encumbrar, naufragas.
No pasarás. El suelo sigue desierto y rudo”. O quién sabe, dada su valentía, si
no habría increpado al Regidor del pueblo con la famosa frase de Antonio Gala,
dicha a su manera: “Si a cierta gente como Vd. no se le subiera a un pedestal
como el que sustenta a ese “chisme”, no habría que bajarlo a empujones
después”.
27-04-10
No hay comentarios:
Publicar un comentario