LA SINRAZÓN DE UN LLANTO EGOÍSTA
¿SON
SEIS MÁS QUE CINCO MÁS DOS? Por supuesto que no. Pero un líder socialista
regional de denotado prestigio así nos lo quiere hacer entender utilizando
porcentajes que no se corresponden con lo que la ley electoral vigente señala
para la elección de ediles, diputados, etc. (la famosa ley de D,Hont). Es, con
perdón (no me vayan a denunciar), la sinrazón de un llanto miserable cuando se
ha quedado algún que otro compañero sin “pesebre”. Sin “el pesebre de oro”,
podríamos decir sin temor a errar, después de tantos años disfrutándolo. Y me
temo, además, que este mismo líder sí habría entendido –y, seguro, así lo
hubiera defendido- la ya dicha ley D,Hont para, si llega a ocurrir, que no ha
sido posible a pesar de haberse agarrado el PSOE a “un clavo ardiendo”, que se
lleve a cabo a favor de su partido lo de TREINTA MÁS TRES, MAYOR QUE TREINTA Y
DOS. Haciendo, en esta ocasión, caso omiso de esos porcentajes que, según su
equivocada percepción, debieran dar la victoria electoral; sin que uno se pueda
explicar cómo, si piensan así, no le proponen a su partido que reforme la ley
electoral en aras de la proporcionalidad que es justo lo que demanda la
ciudadanía. Bueno… Gente ignorante hay mucha por desgracia –o por gracia de
esta democracia que no es tal- y correligionarios que se tragan cualquier sopa,
aunque amargue, también; pero el mundo de los ignorantes y de los tontos no es
tan amplio como cierta clase política se imagina. Pues, aunque lo dijera
Machado, nueve de cada diez españoles, afortunadamente, no trompan; y claro que
sí se habría acercado mucho Machado si su expresión se hubiera referido
únicamente a los políticos de esa cierta clase. Así, Extremadura, lo entiendan
o no, aún a pesar del subdesarrollo –por su culpa principalmente, por la de los
que llevan prácticamente desde que empezó la democracia gobernando- es honesta,
trabajadora e inteligente; mucho más inteligente que cerril que es lo que son
algunos de sus políticos…, muchos de sus políticos, diría yo (aunque no sea el
caso del que me ha inducido a escribir este escrito), que encima atesoran, como
se ha podido comprobar tras estas elecciones, el don de no saber perder en el
mismo grado de opulencia que el de no saber ganar, propio del más excelso
caciquismo.
Resulta
muy curioso que los políticos que han traicionado a la izquierda, valiéndose de
ella para “enriquecerse” y para tener un puesto “honorable” en la sociedad que
de otro modo jamás habrían logrado, estén continuamente haciendo la comparación
entre izquierda y derecha sin pensar que a muy pocos ciudadanos pueden engañar
ya con ese “cuento” puesto que sus políticas han sido únicamente favorecedoras
del gran capital y de la banca usurera, cuando no del señoritismo más rancio y
nobiliario y del más irritante despotismo, vasallaje y clientelismo. Hasta el
punto de que quien parece, por sus intenciones y propuestas, la “izquierda
progresista” es la, según ellos, tan temida derecha. Y así lo demuestra el
hecho de que para la gente realmente de izquierda, para la gente de las
verdades del barquero, para la gente de IU, haya sido muy fácil entenderlo en
Castuera y en Extremadura.
Por
otra parte, quédense tranquilas la gente de la falsa izquierda (léase la gente
del PSOE) que los pueblos aún tiene luz y agua; no se mueren los pájaros;
funcionan las piscinas (con agua); la gente pasea más que antes por sus calles
y las terrazas (ahora con precios más asequibles) están cada vez más llenas de
ávidos consumidores aún a pesar del expolio que se ha llevado a cabo en sus
bolsillo con una fiscalidad que ya en otra ocasión llamé “morro impositivo”; en
las plazas fluye el gentío y a las Policías Municipales se las ve más haciendo
su labor andando por las calles; y, en
Castuera (donde vivo), Poyato, por poner un ejemplo, sigue siendo el mismo, e
incluso le han tocado los cupones de la Once hace unos días a una excelente
persona amiga mía. Sí, hay mucha gente que tiene mejor cara quizás pensando que
ahora puede tener las mismas oportunidades que los demás, algo impensable hasta
no hace dos meses (y si no lo creen vean las últimas contrataciones que se han
realizado en la Mancomunidad de la Serena poco tiempo antes de las elecciones).
¡Vamos! que los pueblos han mejorado aún a pesar de que ha pasado poco tiempo
para hacer comparaciones, sencillamente, porque estaban cansados de tanto
populismo barato y engañoso y de que las oportunidades solo fueran siempre para
los de un “bando”, que, dicho sea de paso, por ejemplo en Castuera, ni con esas
han conseguido la mayoría absoluta. Y esa chulesca amenaza, “Chiri voy a ser
Alcalde”, que me hizo a mí el cabeza de lista del PSOE días antes de las
votaciones, no se ha cumplido. ¡Cuanto lo siento por este profesor de “maría”!
¡Perdón, perdón, de gimnasia! ¡Uf! Perdón de nuevo, profesor de educación
física.
Así
pues, no me hablen de ideologías quienes para “triunfar” y “vivir” mejor de lo
que se merecen no tienen el menor reparo en traicionarlas (caso generalizado de
la mayoría de los políticos del PSOE, incluido un ex Alcalde que no quiero
nombrar). O quienes utilizan el Despotismo y el Clientelismo propios de
regímenes totalitarios para lograr sus propósitos, y quienes se valen del
engaño manifiesto a la gente más sencilla y humilde para entronarse durante
tanto tiempo expoliándolas y llevándolas a la miseria a través de leyes
favorecedoras de la usura y una terrible y abusiva fiscalidad, cuando no de la
indefensión ante los corporativismos más expeditivos. No, Vds., la mayoría de
los políticos del partido socialista, no tienen ni ideología ni conciencia
cívica (su conciencia es errónea, creyendo lo malo bueno y lo bueno malo) y son
sólo unos vividores aprovechados de unas siglas que están recibiendo su
merecido ostracismo de las Administraciones y se encuentran indignados por el
revés sufrido. Su tiempo ha pasado y los datos de su gestión son
estremecedores: casi un millón y medio de familias con todos sus miembros en
paro; aumento significativo de la pobreza y, cómo no, del número de millonarios
y usureros de todos los índoles de las ciénagas financieras; un porcentaje
superior al 20% de paro (más del doble de la media europea), cinco millones de
personas desempleadas; el 50% de los
jóvenes no sólo sin empleo, sino también sin futuro (una generación echada al
cubo de la basura); los salarios entre los más bajos de la UE-27, mientras Vds.
los tienen entre los más altos y en la mayoría de los casos más de uno; la
corrupción política casi institucionalizada; más diplomáticos que Francia y
Alemania juntas y más de ¡cien mil! personas viviendo de la política sin contar
sindicalistas, asociaciones agrarias y de otros tipos, fundaciones y, claro está, los ¡tres mil! de la patronal;
la mayor parte de las Autonomías en casi quiebra técnica y el propio Estado
luchando contra la prima de riesgo para evitar el rescate; Ministerios tan
importantes como Sanidad, Fomento o Exteriores en manos de auténticos
indocumentados; despilfarro a gogó en casi todas las Administraciones;
fiscalidad persecutoria contra los que no tienen casi nada y de placer para
ricos y capitalistas; permisividad bochornosa ante la expoliación hipotecaria
de la banca; etc.; etc.; etc.
Su
engaño ya no cuela: valerse de los pobres y de la gente honesta y trabajadora
para “llenarse las faltriqueras” ha llegado al límite de la comprensión. La
gente –no sólo los jóvenes- está en la calle y la calle puede ser su final. Me
da que pronto va a empezar a oler muy mal; hay demasiados cadáveres políticos.
Y mucho tiene que cambiar el socialismo de “la milla de oro” para que los
españoles –extremeños incluidos-, al estilo gallego, no digan: “Socialistas...
¡nunca mai!”
14-07-11
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