¿MOROSA LA BANCA?
Según
un informe, la Banca española es la segunda más cara y opaca de la UE-27 junto
a Italia, Francia y Austria.
En
ese mismo informe que supervisó el funcionamiento de las 224 principales
entidades financieras de la UE, de las que 18 eran españolas y controlaban el
70% de los servicios financieros minoristas de España, se da cuenta de que Banco
Santander, BBVA, Popular, Sabadell, Bankinter y Barclays y las Cajas La Caixa,
Caja Madrid, Mediterráneo y Bancaja cobran un coste medio de 178 € por sus
cuentas bancarias, casi el doble de lo que pagan los consumidores de Alemania
(89 €) y rondando cuatro veces más de lo que se paga en Holanda (46 €) que son
dos países con un nivel de renta mucho más elevado que España.
Las
entidades financieras españolas también destacan por su opacidad, la falta de
transparencia y la insuficiente e incomprensible información que se facilita a
los clientes, que, como tanta gente, uno conoce de primera mano: Cuando
formalicé mi hipoteca con La Caixa, del dinero concedido, dispuse solo de una
parte, ya que, no tenía necesidad de abonar el total a quienes me estaban rehabilitando
la vivienda hasta estar terminada. ¿Y qué ocurrió? Pues que las distintas
disposiciones de dinero que realicé para afrontar los pagos a los ALBAÑILES
(sí, lo pongo con mayúsculas porque esa profesión es la que más lo merece),
tres, quiero recordar, tenían diferente interés al pactado en principio. Algo
infame de lo que nadie de La Caixa me había informado y que se resume en que he
estado casi diez años pagando algo así como dos puntos más de interés de una
parte del préstamo que actualmente y como se trata, paradójicamente, de una
hipoteca abierta no me puedo subrogar y el interés del último recibo,
septiembre, ha sido el 6,58%. Interés variable, claro está. ¡Viva España!, y,
cómo no, ¡viva el Monte de Piedad!
Precisa
el informe, así mismo, que en el 90% de los Bancos y Cajas controlados en
España, los gastos y comisiones bancarias eran tan poco claro que obligaron a
los expertos del Ejecutivo comunitario a recurrir a contactos adicionales con
las entidades para descubrir los costos reales de las cuentas. Y Europa
denuncia, además, que las entidades españolas siguen incorporando clausulas
ininteligibles ocultas al final de los contratos bancarios.
Aún
así, con este nivel de “opresión financiera”, resulta que el Estado tiene
previsto unos “apoyos” para el sector en el 2.009 de unos ¡36.000 millones de
€! (el costo del desempleo de más de 2 años) que no se agotará y puede llegar
hasta los ¡99.000 millones!, para solucionar los problemas de solvencia
generados por la morosidad, que en julio de este año ascendía a 87.542 millones
de € y solo cuenta con unas provisiones de 51.710 millones de €, el 59%
aproximadamente. Y, peor si cabe, si se desploma el sistema, para cubrir solo
los depósitos de los hogares, unos 700.000 millones de €, cuentan con un FGD
(Fondo de Garantía de Depósito) de 8.000 millones de €, lo que significa que,
como he leído en un periódico, “sería como disponer de un solo bote para
rescatar a todos los pasajeros del Titanic”.
Siendo
lo más curioso y paradójico que estos “auxilios” o fondo de rescate canalizados
a través del denominado FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) van
a servir para reducir plantillas en las entidades y unos 30.000 puestos de
trabajo pueden extinguirse, pues sucede, que las entidades han conseguido el dinero
pero se lo han quedado para sanear sus propias cuentas. Con lo que, si ese
dinero se hubiera dedicado a ayudar a los hipotecados que se han quedado en
paro, en vez de dárselo (perdón, prestárselo) a la Banca y a las Cajas, el
consumo, que es lo que crea empleo, no iría ya por cerca del 10% de caída como
va y el desempleo por los “cerros de Úbeda”.
Pero
lo que más me llama a mí la atención es que después de recibir estas ayudas tan
sumamente elevadas puedan devolvérselas al Estado. Por lo que es lógico que los
ciudadanos nos preguntemos si la Banca cara y opaca que tenemos no será también
“mal pagador” y, llegado el caso, nos diga que “las reclamaciones al maestro
armero”.
Es
decir, que pudiera ocurrir que la Banca se convierta en morosa de los ciudadanos,
con el hándicap añadido de que, al contrario que ellos que nos embargan los
bienes a la más mínima, nosotros no podremos embargar a ninguno de esos sus
ejecutivos que están haciendo acopio del botín y, obviamente, podemos perder
esos mucho más que desmedidos “socorros”.
¡¡
Estaría una gracia!!
12-10-09
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