“MIEDO” A PISAR LOS BANCOS
En
una ocasión, hace ya bastante tiempo, un amigo de entonces me dijo: “Chiri, no
te da miedo de nada” (Chiri es el apodo por el que me conocen todos los que me
conocen). No estuvo muy acertado, pues no soy una persona que pueda presumir,
precisamente, de arrojo; pero, aprovechando su “elogio” le contesté: “Te
equivocas, sí hay algo que me da pánico: entrar en cualquier Banco”. Y es cierto,
a la mayoría de los que no tenemos dinero nos produce temblor pisar esas
instalaciones llenas de cazuelas, edredones, bicicletas o algún que otro
utensilio para el bricolaje y no sé cuantas cosas más dedicadas al
engatusamiento de incautos que sí tienen unos euros de sobra y disfrutan
recibiendo el ¡buenas don Agapito! del director. Que, ahora, dicho sea de paso,
es un trabajador en precario, relativamente joven, y con más másteres que
Nadal.
Bien.
Hoy, haciendo de tripas corazón, como cada vez que piso una de esas
corporaciones, he pasado por el Banco (portugués, que opera en España, en este
caso) para comprobar si a mi esposa le habían abonado su mensualidad y me he
encontrado con la “buena nueva” de que por atender un recibo de algo más de 50
€ en descubierto le han “soplado” 30 € en concepto de reclamación del mismo.
Preguntado al Director si el descubierto en cuenta –los famosos números rojos-
no estaba regulado por ley, su respuesta ha sido que el Banco de España no
quiere números rojos (ni rojos) y autoriza que se reclamen al segundo día de
producirse y, claro está, con el importe que crean conveniente por reclamar;
aparte, por supuesto, de seguir cobrando lo establecido por ley. Y, como no
puede ser de otra manera, uno se pregunta si eso de reclamar sin reclamar (a
nosotros nadie nos ha reclamado nada, pues nos hemos enterado del gatuperio al
comprobar el saldo) es algo que la justicia consiente o que los políticos han
legislado y no nos hemos enterado como ocurre cuando aprueban sus prebendas prohibiendo
la presencia de testigos en el hemiciclo.
Así.
¡Como para no tener miedo a pisar los Bancos! Pues fuere como fuere, esto es
otra vuelta de tuerca más en el despotismo contra los más débiles. Vamos…, como
la reforma laboral y de las pensiones que no ha sido capaz de parar la huelga
general, pero –y de eso hablaremos otro día- que si que la pararía una rebelión
organizada en los cinturones industriales de las principales ciudades, porque
en los pueblos, lo que se dice en los pueblos, sobre todo, de Extremadura,
Andalucía, Castilla la Mancha y otras pocas de Regiones, el PSOE y el PP
“tienen todo el pescado vendido”.
Por
tanto, un atropello más de la Gran Banca, por definirlo de manera eufemística,
contra la gente que malvive con un salario miserable (entre ellos esos más de
dos millones de pensionistas que no superan los 500 € mensuales) para que el
sistema financiero pueda pagar a sus ejecutivos -y a quienes les procuran estos
“amparos”- esas remuneraciones y bonos escandalosos. O sea sé, una más de los
Judas Iscariote del País… o quizás del hijo tonto de Robín Hood que se ha
empeñado (supongo que para “protegerse” él y sus amigos) en empobrecer más a
todos los que son pobres ya, la mayoría de su propio partido.
01-10-10
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