NO ES DEMOCRACIA, ES… ¡SINARQUÍA!
Leyendo
artículos en los periódicos –excluidos los propios, que sólo son simples
escritos- uno se encuentra auténticas maravillas. Tal es el caso de uno
relacionado con la sinarquía en el que me he basado para esta opinión.
Porque,
no hay duda de que lo que tenemos en España no es una democracia sino una sinarquía.
Y sólo hay que mirar el calamitoso Estado de las Autonomías para deducirlo:
diecisiete “príncipes”, cada uno de los cuales administrando una parte del
país, todos bajo el dogma que los griegos llamaban pleonexia, que significa
deseo desmedido de poder. Ellos y su “corte”, sus adláteres, sus Consejeros,
Directores y demás miembros del enorme organigrama, haciendo caso omiso a la
máxima mesoi (para entendernos, de los conciliadores, de los “demócratas”): “la
virtud siempre se halla en la justa medida” o “nadie debe ser demasiado rico,
para que nadie sea demasiado pobre”, que “actualizadas” a los tiempos actuales
podríamos decir: “lo justo y progresivo es baremar” o “nadie debe ser demasiado
protegido para que muchos no tengan ninguna protección”. O sea,
axiomáticamente, diecisiete CCAA en manos de unos grupos de personas poderosas
con una influencia, generalmente decisiva, en los asuntos políticos y
económicos en virtud del forzado y rancio bipartidismo neoliberal.
Pero,
además, por si con estos grupos no fuera suficientes para administrarlo todo
(para mal administrarlo, obviamente), incluida la justicia, la educación, la
salud y la propia y envilecida política, tenemos otros, también excesivamente
influyentes, que no le van a la zaga en pleonexia: la Corporación Empresarial
(CEOE, con ¡21 vicepresidentes y más de 200 ejecutivos!, amén de un número de
liberados -¿más de 35.000?- imposible de determinar), el Sindicalismo
“displicente” de CCOO y UGT (también plagado de liberados) y las dos
Formaciones Políticas mayoritarias atestadas de personal, de un auténtico
ejercito de incondicionales de la sumisión y el servilismo. Todos, mamando de
la teta del sometido y engañado contribuyente (si a cada español, incluidos
ancianos y niños que, lógicamente, no contribuyen, nos cuesta la administración
anualmente 9.617 €, según un estudio realizado por EAE Bussiness School,
¿cuánto pagamos cada uno de los que pagamos?), forman una especie de prosapia
(con perdón) que dicta mucho de ser democrática. Pues, aunque ya no se impide
votar a las mujeres, los esclavos (en lo que se van a convertir la mayoría de
los trabajadores al paso que vamos con las reformas que se le imponen) y los
extranjeros, sí se ofrecen listas cerradas de candidatos (muchos desconocidos y
muchos que mejor hubiera sido no conocer nunca) preparadas de antemano por las
élites anónimas que mandan en los partidos; así, la participación de los
ciudadanos en el sistema se limita a ejercer el derecho del voto y nada más.
Los que nos van a “atropellar” son elegidos (seleccionados, más bien) según su
grado de acatamiento y pleitesía incondicional, única y exclusivamente.
Por
cierto que, entre los que se dedican al “sublime” arte de la política para
fomentar la sinarquía, hay un sinfín de dechados en el actual panorama
nacional. Mas, como no me quiero extender demasiado, sólo hare una breve reseña
de la Sra. ministra Leire Pajín, dado lo sorprendente –o quizás no- de su
nombramiento y en el poco espacio de tiempo que lo ha conseguido (si no fuera
por su “guedeja” rubia, pensaríamos que es jamaicana, ¡qué velocidad!):
ministra de sanidad y de igualdad (de igual da, dicen en el PP), dos
ministerios para una persona sin apenas experiencia profesional, con dudosa
capacidad y formación y con sólo la fuerza de su palabra y su incondicional
servilismo, algo que subleva la razón (y no me digan que es licenciada en tal o
cual, todos conocemos gente con más de una carrera que rechinan). La múltiple
asalariada ministra –ha manifestado un famoso escritor- es de inconcebible existencia
dentro de un País amargado por los recortes sociales, exprimido por los ajustes
económicos, y derrotado por el desempleo. Es indecoroso, indecente, indigno,
insultante y vergonzoso que esta Sra. viva tan bien del esfuerzo de los demás
por su desfachatez peloteando al, quizás, peor presidente de la historia de la
sinarquía española. Y con la sociedad asqueada y la situación económica en
barrena (insiste el antedicho escritor), sabe que le queda poco, el mismo
tiempo que a su mecenas, y por eso arrambla con todo lo que pilla y va
engordando su hacienda dentro de las más amoral legalidad, que, dicho sea de
paso, la puede convertir, ¡ojalá que no!, en una escoria social.
Así
pues, nadie duda entre los que piensan seriamente que la actual civilización mercantilista
que padecemos tiene un deseo desmedido de posesión que ha destruido la
convivencia social, la armonía entre el hombre y la mujer, el respeto de los
hijos hacia sus padres, el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano y
muchas cosas más, algunas de ellas irremplazables.
Fácil
entender, por tanto, que la democracia nació para ayudar al ser humano y no es,
eso está más que claro, lo que impera en la España actual corrupta y opresora
presidida por el mercantilismo concupiscente y el consumismo coercitivo, sino
una sinarquía con ansias de poder, muy especialmente, económico…, y educativo
para la muy manejable violación de los pensamientos y las conciencias.
09-11-10
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