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lunes, 15 de agosto de 2016

NO ES DEMOCRACIA, ES... ¡SINARQUÍA!


NO ES DEMOCRACIA, ES… ¡SINARQUÍA!

 

Leyendo artículos en los periódicos –excluidos los propios, que sólo son simples escritos- uno se encuentra auténticas maravillas. Tal es el caso de uno relacionado con la sinarquía en el que me he basado para esta opinión.

Porque, no hay duda de que lo que tenemos en España no es una democracia sino una sinarquía. Y sólo hay que mirar el calamitoso Estado de las Autonomías para deducirlo: diecisiete “príncipes”, cada uno de los cuales administrando una parte del país, todos bajo el dogma que los griegos llamaban pleonexia, que significa deseo desmedido de poder. Ellos y su “corte”, sus adláteres, sus Consejeros, Directores y demás miembros del enorme organigrama, haciendo caso omiso a la máxima mesoi (para entendernos, de los conciliadores, de los “demócratas”): “la virtud siempre se halla en la justa medida” o “nadie debe ser demasiado rico, para que nadie sea demasiado pobre”, que “actualizadas” a los tiempos actuales podríamos decir: “lo justo y progresivo es baremar” o “nadie debe ser demasiado protegido para que muchos no tengan ninguna protección”. O sea, axiomáticamente, diecisiete CCAA en manos de unos grupos de personas poderosas con una influencia, generalmente decisiva, en los asuntos políticos y económicos en virtud del forzado y rancio bipartidismo neoliberal.

Pero, además, por si con estos grupos no fuera suficientes para administrarlo todo (para mal administrarlo, obviamente), incluida la justicia, la educación, la salud y la propia y envilecida política, tenemos otros, también excesivamente influyentes, que no le van a la zaga en pleonexia: la Corporación Empresarial (CEOE, con ¡21 vicepresidentes y más de 200 ejecutivos!, amén de un número de liberados -¿más de 35.000?- imposible de determinar), el Sindicalismo “displicente” de CCOO y UGT (también plagado de liberados) y las dos Formaciones Políticas mayoritarias atestadas de personal, de un auténtico ejercito de incondicionales de la sumisión y el servilismo. Todos, mamando de la teta del sometido y engañado contribuyente (si a cada español, incluidos ancianos y niños que, lógicamente, no contribuyen, nos cuesta la administración anualmente 9.617 €, según un estudio realizado por EAE Bussiness School, ¿cuánto pagamos cada uno de los que pagamos?), forman una especie de prosapia (con perdón) que dicta mucho de ser democrática. Pues, aunque ya no se impide votar a las mujeres, los esclavos (en lo que se van a convertir la mayoría de los trabajadores al paso que vamos con las reformas que se le imponen) y los extranjeros, sí se ofrecen listas cerradas de candidatos (muchos desconocidos y muchos que mejor hubiera sido no conocer nunca) preparadas de antemano por las élites anónimas que mandan en los partidos; así, la participación de los ciudadanos en el sistema se limita a ejercer el derecho del voto y nada más. Los que nos van a “atropellar” son elegidos (seleccionados, más bien) según su grado de acatamiento y pleitesía incondicional, única y exclusivamente.

Por cierto que, entre los que se dedican al “sublime” arte de la política para fomentar la sinarquía, hay un sinfín de dechados en el actual panorama nacional. Mas, como no me quiero extender demasiado, sólo hare una breve reseña de la Sra. ministra Leire Pajín, dado lo sorprendente –o quizás no- de su nombramiento y en el poco espacio de tiempo que lo ha conseguido (si no fuera por su “guedeja” rubia, pensaríamos que es jamaicana, ¡qué velocidad!): ministra de sanidad y de igualdad (de igual da, dicen en el PP), dos ministerios para una persona sin apenas experiencia profesional, con dudosa capacidad y formación y con sólo la fuerza de su palabra y su incondicional servilismo, algo que subleva la razón (y no me digan que es licenciada en tal o cual, todos conocemos gente con más de una carrera que rechinan). La múltiple asalariada ministra –ha manifestado un famoso escritor- es de inconcebible existencia dentro de un País amargado por los recortes sociales, exprimido por los ajustes económicos, y derrotado por el desempleo. Es indecoroso, indecente, indigno, insultante y vergonzoso que esta Sra. viva tan bien del esfuerzo de los demás por su desfachatez peloteando al, quizás, peor presidente de la historia de la sinarquía española. Y con la sociedad asqueada y la situación económica en barrena (insiste el antedicho escritor), sabe que le queda poco, el mismo tiempo que a su mecenas, y por eso arrambla con todo lo que pilla y va engordando su hacienda dentro de las más amoral legalidad, que, dicho sea de paso, la puede convertir, ¡ojalá que no!, en una escoria social. 

Así pues, nadie duda entre los que piensan seriamente que la actual civilización mercantilista que padecemos tiene un deseo desmedido de posesión que ha destruido la convivencia social, la armonía entre el hombre y la mujer, el respeto de los hijos hacia sus padres, el equilibrio entre la naturaleza y el ser humano y muchas cosas más, algunas de ellas irremplazables.

Fácil entender, por tanto, que la democracia nació para ayudar al ser humano y no es, eso está más que claro, lo que impera en la España actual corrupta y opresora presidida por el mercantilismo concupiscente y el consumismo coercitivo, sino una sinarquía con ansias de poder, muy especialmente, económico…, y educativo para la muy manejable violación de los pensamientos y las conciencias. 

09-11-10

 

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