PADRES MISERABLES DEL PAVOR.
No
hace mucho, hablando del desempleo, quiero recordar que manifesté, entre otras
cosas, que pensaba que las autoridades, el Gobierno –los Gobiernos, puesto que
tenemos uno en cada CCAA-, utilizaban las cifras de éste sin la más mínima
preocupación y dando lugar con ello al quebrantamiento de la moral de los que
aún tienen trabajo a la hora de poner encima de la mesa sus reivindicaciones
más apremiantes; como ocurre, en mi modesta apreciación, con la que atañe al
salario y, por ende, al poder adquisitivo, que, recuerdo una vez más, sólo ha
experimentado en la última década una subida nimia del 0,4% (“vivimos” ahora,
en el 2009, con lo mismo que ganábamos en 1998) mientras en la Europa desarrollada
lo hacía en un 18% aproximadamente. Así resulta que, por ejemplo, el poder
adquisitivo de un trabajador alemán es casi un 70% superior al que tiene un
empleado español.
Como
la crisis (según algunos, el último invento del capitalismo Goebbelsiano para “desvalijar”
los Erarios Públicos) no ha empezado hasta hace nada, que es lo que mantienen
los gerifaltes, se supone que el empresariado español ha gozado durante los
diez años pasados de una salud envidiable. Toda una década con los salarios
“controlados” y, consecuentemente, los costos laborales y las cotizaciones
sociales (los y las más bajos/as de la Europa desarrollada, como ya expliqué
hace unos días en otro escrito) que, junto a otros factores, tal que ayudas y
bonificaciones a la Seguridad Social a tutiplén a la par de un mare mágnum de
contratos basura, ¡más del doble de la media europea!, ha posibilitado que los
beneficios crecieran cada año; se doblaran, e incluso más, y llevara los
negocios de nuestro “casto” empresariado a ser los segundos mayores de Europa
con un 73% de beneficio medio entre 1999 y 2006.
Mientras,
el mundo sindical se mantiene enmudecido –con la lengua en el ojete, se podría
decir- para no perder la dádiva gubernativa que necesita para mantener las
legiones y legiones que tiene en cada CCAA de miembros liberados. El adobo
pestilente que encharca y cultiva la política del embaucamiento, dijo alguien
de los liberados sindicales, del enchufismo sindical. ¡Vaya! Que hace falta que
nos gobiernen otros más conservadores –si es que los hay- para que los
sindicatos verticales de funcionarios, como dice Cediel, se movilicen.
Así
pues, Gobierno y PSOE (que vergüenza…, que camelo este partido que se dice de
los socialistas y los obreros y no es sino un conglomerado de avispados que
cree que todos los pobres y la mayoría de los que no tienen trabajo son sólo
una chusma), Patronal y PP y Sindicatos son la escoria que trata de implementar
el pánico en el mundo laboral para lograr sus turbios objetivos.
Pero
como en todo se lleva alguien la “medalla de oro”, de entre estos tres se la
adjudica, en este macabro transcurso, el empresariado, que gana con holgura y
bate su propio record de escarbar para el mezquino escarnio de los
trabajadores.
Vean
sino la propuesta para los trabajadores desempleados que figuran en las listas
del INEM –parados oficiales dice él- que ha formulado un empresario y, a la
vez, presidente de una asociación patronal sectorial, seguramente,
perteneciente a la CEAE (Confederación de Empresarios Apandados Españoles)
según relata el articulista Sergio Brosa: “Que todos los parados acudiesen por
la mañana, en jornada de cuatro horas, a cursos de formación propios de su
especialidad o bien para reciclarse y aprender otro oficio o especialidad.
Perdiendo la prestación en caso de falta de asistencia”. “En jornada de tarde,
los parados podrían cubrir una serie de trabajos sociales, tales como enseñar
el idioma a inmigrantes, ayudarles en su integración, ocuparse de ciertas
tareas propias de la ley de dependencia, como complemento de las tareas
realizadas para aquellas personas beneficiarias de subvención a la
dependencia”.
Y
termina su despiadada caza del oprimido, luego de cantar las glorias fascistas
a que darían lugar sus medidas, señalando: “Aquellos desempleados teóricos que
tienen un trabajo retribuido al margen del INEM y del subsidio de desempleo, al
no poder atender la formación profesional por la mañana y la aportación social
por la tarde, convertirían en mucho más transparentes las listas de demandantes
de empleo del INEM, aliviando la tremenda carga del desempleo”.
Triste
y despreciable magisterio el de este indeseable gachó que olvida que: Todos los
trabajadores mientras están en activo pagan una cuota para que llegado el caso
cualquier compañero no tenga que sufrir la miseria (bueno…, la relativa la
sufre de cualquier forma), si se queda sin empleo, que él desearía para tener
más favorable su opresión en todos los órdenes.
Olvida
que mientras los trabajadores –algunos, los menos- hacen trampa para sacar un
“complemento” a la penuria salarial (en el paro más menudencia aún) que
reciben, pues más de 12 millones no llegan a los 1.000 € mensuales
(España-penúltima- tiene la media salarial, junto a Portugal y Grecia, más baja
de la UE-15), ellos, los empresarios, no paran de urdir nuevos negocios, nuevas
crisis falsas para sacar el “pellejo” al trabajador y al Estado o enfermedades
producidas artificialmente con las que acumular montañas de riqueza; a la vez
que mantienen políticos de todos los colores “comprados” para que les den leyes
y cobertura a cambio de existencia. Así que, ¡silencio!..., por favor.
Olvida,
así mismo, que también los trabajadores pagan una cantidad para formación
profesional (de ella me ocuparé a continuación, para terminar) y, aparte de
poner en cuestión la dignidad – no la suya y la de los suyos, inexistente- que
a todos los trabajadores se supone, olvida que quienes sostienen un País, como
dice Cediel, son los trabajadores, porque ellos son los que pagan, los que
compran y producen… y los que llegado el caso, lo defienden con su sangre; los
demás –ricos, políticos y especuladores y empresarios- cuando pintan bastos,
salen corriendo. Y sino que se lo pregunten a Dña. Esperanza Aguirre, esa Sra.
que aborrece tanto la “solidaridad” (algo que no está nada claro y que habría
que analizar) de Madrid con Extremadura.
Y olvida el espécimen a quien se refiere el
Sr. Brosa que la formación que reciben los empleados se paga de dos formas: Por
ellos mismos y por las empresas. De tal manera que, analizando los 27 Países de
la UE, nos encontramos con que España ocupa el puesto 22 del total, sólo por
encima de Bulgaria, Rumanía, Portugal, Hungría y Grecia; siendo nuestros
porcentajes del 11% a cargo del empleado y del 20% a cargo de la empresa, muy
lejos de ingleses o suecos, por citar algunos, que tienen un 6% a cargo del
trabajador y un 42% a cargo de la empresa los primeros y un 7% y un 53% los
segundos. Así, la consecuencia la tenemos más que clara: 13 millones de
trabajadores españoles no tienen formación. La empresa española lo tiene muy
claro, que se gaste las perras el INEM; o, mejor, que sigan los cursos de
formación que dan los sindicatos y así no aprende nadie nada o casi nada y los
“manejamos” mejor. ¡Qué vergüenza! ¡Qué deshonra!
Como colofón: Mire Ud., Sr. quien sea (dudo
que le llegue este escrito y lo lea -si sabe leer-, pero…), los desempleados no
nos vamos a tragar sus sapos por mucho que quiera presentárnoslos condimentados
con salsa de capitostes, palurdos y majaderos; y no vamos a mover ni un dedo
para nada que no sea el normal desarrollo de nuestras profesiones, por
supuesto, cobrando como mínimo lo mismo que antes –y no menos como Vds.
quieren- y sin aceptar esos contratos sin ley que pretenden implantar como si
España fuera Guinea Bissau o el cortijo de un grupo de “cardhuleros”
cualquiera. Los desempleados lo vamos a seguir estando mientras haga falta y
vamos a exigir la misma cantidad para sobrevivir que han recibido Vds. para
forrarse con esta crisis inventada. Y el gobierno debe saber, y si no se lo
dice Vd., que con Sindicatos o sin ellos -porque son una caca- estaremos en la
calle si la cuestión no se soluciona; sí, sí, para batirnos con quien haga
falta en defensa de nuestro pan y nuestra honra y para mandar a la estigia a
los que nos oprimen y nos explotan sin importarnos en lo más mínimo el grado de
entropía a que nuestro coraje pueda dar lugar. ¡No, no nos van a asustar los
“PADRES MISERABLES DEL PAVOR”!
10-08-09
No hay comentarios:
Publicar un comentario