RECAPITALIZANDO… QUE ES GERUNDIO
O
sea, volviendo a capitalizar, volviendo a invertir, volviendo a suministrar. Es
decir, como define la RAE, volviendo a fijar el capital que corresponde a
determinado rendimiento o interés, según el tipo que se adopta para el cálculo.
O mejor dicho aún, como también define la RAE, agregando al capital el importe
de los intereses devengados.
Vamos,
volviendo a invertir -como es norma común ya- dinero público para sanear
cuentas privadas (que supongo es un principio neoliberal). Volviendo a
suministrar lo que haga falta para que el mundo financiero siga haciendo de las
suyas (disfrutando –que también es gerundio- de enormes emolumentos, bonos65
millonarios y gratificaciones alucinantes al acceder a la pensión) y no pare de
fastidiar las nuestras. Como si el dinero que se puso para el primer rescate
(¡1,2 billones de euros! para salvar a tan sólo 215 Bancos) hubiera devengado
intereses y estos, unos 120.000 millones de euros para empezar (es lo
recientemente aprobado), hubiera que “dárselos” a esos mismos 215 Bancos, en
concepto, claro está, de segundo rescate en apenas tres años. Increíble… por
más que se mire como se mire. Aunque eso sí, con ese dinero que les prestamos,
ellos, muy dubitativos, nos comprarán deuda pública para que sigamos
“funcionando”… para que la política siga funcionando mientras con nuestro
propio dinero, con dinero público, se ganan con la compra un 5 ó 6 por ciento
sin arriesgar nada. Ingeniería financiera ¿no? (cosa de Genios).
Es
muy triste, demasiado triste para vivirlo, que los líderes mundiales con la
cartera de economía (entre ellos nuestra ministra Salgado) sonrían entre fotos
de familia por haber llegado a un acuerdo de recapitalización bancaria y
permanezcan totalmente ajenos, ¿por qué será?, a la problemática de la pequeña
y mediana empresa, el motor de la economía de cualquier país, que se está
hundiendo, que está desapareciendo por la falta del crédito de esos recapitalizados,
que lo han sido -en parte- con sus impuestos y con sus ahorros. Es sumamente
descorazonador para la ciudadanía ver como sus dineros, producto de un salario
miserable (el que lo tiene), pasa, mediante impuestos, abusos corporativos y
otras prácticas fraudulentas pero autorizadas por la oligarquía (muchas de
ellas bancarias), a manos de unos grupos de individuos que, pese a haberse
equivocado, pese a haber errado en sus percepciones, se forran de millones y
viven impunes (como es el caso –bochornoso-de las cúpulas de las Cajas de
Ahorro) ante cualquier ley.
Indignado
es lo menos que se puede estar para lo que se está soportando.
17-10-11
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