LA DEMAGOGIA DEL ALACRÁN:
SINDICALISMO DISPLICENTE. (5º)
En
un escrito titulado “¿Sindi…qués?”, del que pronto hará dos años, denuncié la
displicencia sindical y como el cauce sindical español estaba “secuestrado”,
callaba y acomodaba a su gente (miles de liberados sin pincharlas).
Sí,
“secuestrado” por las ayudas estatales que recibe por medio de los Presupuestos
Generales del Estado y por la vía de los famosos cursos de formación (invento
de D. Felipe González que conceden Ministerios, CCAA, Diputaciones,
Mancomunidades…, un chorro de € que “llena” muchos morrales y arregla poco o
nada la pésima formación pero mantiene los conductos que desembocan en el cada
día más fácil embaucamiento).
Por
aquel entonces –hace casi dos años ya, reitero- el espectro sindical no
denunció la subida del desempleo, la precariedad laboral, la subida de los
precios de todo (luz, agua, teléfono, transporte…), ni, por supuesto, el
injustificable aumento del número de pobres y el más injustificable aún aumento
del número de ricos, las subidas de impuestos y tasas, la distorsión descarada
del IPC, los míseros salarios y la consecuente pérdida de poder adquisitivo
(ahora denunciado por todos los periódicos a raíz de un informe de inspectores
de Hacienda) y, cómo no, esos estatutos de la clase política para disfrutar una
vejez dorada con sólo siete años de cotización y su sin fin de privilegios
entre los que estaban –y están- los sueldos abusivos y escandalosos, sin
descontar el cada año mayor aumento de su número.
Ahora,
cuando es más necesario y más importante y cuando debería ser más decisivo y
regulador, el sindicalismo displicente, en plena crisis (de los de siempre, de
los que no la han provocado, de los que deberían ser los suyos) utiliza la
“demagogia del alacrán” y con el hipócrita argumento de arrimar el hombro junto
al Gobierno (que los acaba de untar) tampoco denuncia: Las ayudas universales
(los 400 € y el cheque bebé) que ahora se cuestionan; el descomunal aumento de
funcionarios (en Extremadura embarazoso) y su falta de productividad y amplio
índice de bajas laborales como consecuencia de una retribución mísera y de una
organización pésima; el, así mismo, aumento de Altos Cargos, Asesores, etc. y
nuevos Organismos para dar cobijo a más y más sinecura cobrando sueldos
millonarios mientras las pensiones y los sueldos de los trabajadores no pasan
de la mezquindad desde hace diez años; las ayudas empresariales libres de
justificación (subvenciones e incentivos regionales las llaman en Extremadura y
las hay hasta para leasing, es decir, desligadas de la creación de empleo -para
el Mercedes y el barquito ¿no?-); el engaño manifiesto de hacernos creer que
las cotizaciones sociales del empresariado son caras saliendo de unos salarios
que están entre los peores de la UE-27, lo que demuestra esa imposibilidad; el
descarado secuestro de la prensa de papel a base de publicidad institucional
(la Junta de Extremadura gasta 8.000 €/día por este concepto); las ayudas (se
habla de 200.000 mil millones de € comprometidos) a Bancos (auténticas cuevas
de Luis Candelas) y, sobre todo, a Cajas de Ahorro (politizadas para el
mantenimiento de la partidocracia) mientras se discute una verdadera menudencia
para las familias que no disponen de ningunos ingresos por culpa de la
concupiscencia de esos Bancos y Cajas; la deplorable formación de los
trabajadores (13 millones no tienen ninguna a pesar de lo gastado, lo sabe
mejor que nadie el sindicalismo displicente); la baja tasa de gasto social, de
las más bajas de Europa; la excesiva exigencia en algunos casos de tanta
productividad (rozando el esclavismo) pagando una miseria de salario; que haya
gente saltando de Alto Cargo en Alto Cargo desde hace más de ¡25 años! (pronto
igualarán a Franco); que la Democracia esté marcada por el oscurantismo y la
desinformación (en Extremadura, sin duda) que evolucionará hacia el
totalitarismo de la indiferencia en que nadie es responsable de nada y el miedo
reduce cualquier idea de espacio público; la precariedad en las condiciones de
trabajo que conduce a tener la siniestralidad laboral de las más altas del
Mundo; que más de un millón de familias tengan a todos sus miembros en paro, a
las puertas de la indigencia; que, ya en el siglo XXI, aún quede un 4,5% de analfabetos
entre los mayores de 16 años; que parezca todo normal y una región –imagínense
cual- tenga el mismo PIB que hace casi treinta años; que a los españoles se nos
aplique eso del hijo tonto de Robín Hood (que para emular a su padre robaba a
los pobres y se lo daba a los ricos) a la hora de pagar impuestos y, a la larga
–ya lo verán-, en esta ocasión nos lo subirán a los de siempre, por la sencilla
razón de que no hay mecanismos establecidos para hacer pagar a los ricos y a
los que más tienen, entre ellos, ellos, los políticos; que se vaya a construir
–que no lo vamos a permitir mientras podamos- una refinería de interior para
atufar la región más limpia del Estado y, por último, que no denuncien que el
pueblo está condenado a la desgracia intelectual y económica para su fácil
sometimiento y esclavista explotación.
01-09-09
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