GANAR TIEMPO PARA ESCONDER EL BOTÍN
Ahora
que está tan de moda hablar sobre la piratería informática, es conveniente que
los ciudadanos tachados de esa acusación (todos los que utilizan un ordenador
personal para algo) no olviden que la auténtica piratería, la que los
desvalija, la que secciona sus bienes y contribuye a su deterioro social,
educativo, sanitario y de impureza judicial, cuando no de corrupción
generalizada en todos los ámbitos de la vida pública, es la de un elevado
número entre los políticos (sobre todo entre los que mandan) y la mayoría de la
gente de las altas finanzas y grandes empresarios. Resultando muy curioso saber
que una gran parte de estos desalmados, así lo confirma la estadística, muere
de muerte natural y a edad avanzada, por supuesto, como ciudadanos honrados.
Porque el fin del saqueo consiste en procurarse una vida larga y agradable
merced a los bienes malversados. Y es, así mismo, muy significativo que los
perversos siempre tuvieron una inclinación a los postulados del elitismo
político más variopinto, como lo demuestra el hecho de que Marx y Engels
tuvieran como “padrino” para poder imprimir su “Manifiesto Comunista” a un
aventurero americano que conocieron en un café de Bruselas. Claro que, de haber
ocurrido ese hecho ahora en el siglo XXI, el tigre americano habría sido
posiblemente un banquero cántabro, vasco o catalán (imagínense por quienes lo
digo), y que me disculpen la totalidad de los restantes ciudadanos de esas
zonas que como los de todas las demás son dignos y cabales.
Se
considera muy esclarecedor que, a lo largo de la historia, todos los países hoy
desarrollados –antes imperialistas casi en su totalidad- se valieran de piratas
y filibusteros (las naciones los acogían “amantísimamente”) para lograr sus
objetivos dominadores y para, permisiblemente, algo más: ¿para esconder el
botín de sus expoliaciones a la ciudadanía quizás? ¿Por qué no? ¿Quién llega
mejor que ellos a esos “lugares” desconocidos e intransitables y tan difíciles
de localizar? En fin… siempre se ha oído decir que Bin Laden, el millonario
saudí y aceptable mayor pirata de los tiempos modernos y actualmente cabeza del
terrorismo de Al Qaeda, aprendió de los “tunantes americanos” a esconder su
dinero. Y si antiguamente se escondían los tesoros en la isla de Cocos, en el
Pacífico, a unos mil kilómetros de Costa Rica, hoy hay un sinfín de “paraísos
fiscales” para esconder cualquier “tesoro” (léase despojo al Estado y
consecuentemente al sudor de los trabajadores). Incluso hay Estados (no sólo
ocurre en Mónaco, Liechtenstein, Andorra, Emiratos Árabes, o cualesquiera de
esas islas afrodisiacas como las Caimán) como el nuestro, como nuestra España
de hoy, que rayan, dada su permisividad con ricos y poderosos a la hora de
aplicarles y controlar su fiscalidad, en uno de esos paraísos. Pues, aquí
tenemos SICAVs, SIF Luxemburgueses, fondos de cualquier tipo y el pago de sólo
un ¡10%! real del Impuesto de Sociedades, amén de unos salarios entre los
peores –sino el peor- de todos los países europeos de la OCDE.
Echando
un vistazo a los líderes mundiales que van cayendo, no sólo por rebelión
ciudadana (Ben Alí o Mubarak y pronto algunos más que la miseria no va a
perdonar), sino por haber sido derrotados en las urnas tras largo tiempo de
gobierno “demócrata” en países sin dictadura o con ésta camuflada en el
bipartidismo que delata -y el ciudadano palpa a diario sin necesidad de ser muy
avispado- la censura en los medios de difusión, el adoctrinamiento nacional (en
Extremadura y Andalucía a cargo de las Universidades Populares y las Casas de
la Incultura y un sinfín de Organismos irrelevantes y “repetidos” para gloria
de la sinecura) y las leyes prohibitivas, podemos comprobar cómo, cuando ocurre
la debacle -el pueblo no aguanta más opresión y más injusticia social- y hay que salir corriendo, aparece la cifra
afanada, “lavada” para no escandalizar demasiado, de miles y miles de millones
que no tuvieron tiempo de ganar, pero que atesoran en los antes citados
“paraísos fiscales”. Así, por ejemplo, cuentan las malas lenguas, que a un Ex
Presidente socialista se le señalan en Caracas unas enormes posesiones que los
taxistas de allá, para alargar la carrera, “invitan” a conocer a los turistas.
Y, ni que decir tiene, que todos los líderes –salvo rara excepción- se resisten
a abandonar las jefaturas y prolongan sin motivo su “agonía”, seguramente, para
tener tiempo de esconder bien la rapiña de sus mandatos. Aunque, ¡ojo!, quizás
por aquello de que “la excepción hace la regla”, no sea el caso del Sr.
Rodríguez Zapatero. Que no es que se debería haber marchado ya, sino que nunca
debió llegar y este país sería ahora, posiblemente, menos desafortunado; no
sólo por él, también por la gente de la que se ha rodeado, donde hay “personas”
que los españoles tardarán en olvidar y eso que aún no han dado todo lo que
llevan dentro.
Mas,
si en otros tiempos los piratas a “sueldo del Estado” eran numerosos,
comenzando con Demetrio Poliorcete (año 323 a.c. que lucho para impedir la
desintegración del imperio de Alejandro Magno) o Sexto Pompeyo que fue el
último gran pirata de la antigüedad clásica, y siguiendo con Roger de Flor
(catalán de descendencia alemana), Horudsn Barbarroja, Juan Ango, Simón el
Bailador, Francis Drake, Sir Henry Morgan, Blackbeard (Barbanegra) y un largo
sin fin hasta llegar a Jean Lafitte que
fue quien “auxilio” a Karl Marx y Friedrich Engels, ahora que los tiempos han
cambiado y no hace falta trabuco para atracar, son igualmente innumerables.
¿Cuántos hay en el BSCH, BBVA y todos los grandes bancos de Alemania, Reino
Unido, Francia, USA, China, India, Brasil, etc., etc., que, seguro, saben
esconder cualquier pillaje? Y lo “mejor” es que pueden hacerlo en tiempo real,
sólo con pulsar la cifra a esconder y enter, merced a esa tecnología
informática de la que tanto se aprovechan, según ellos, los ciudadanos.
Para
terminar y sin ánimo de ofender o creerme en posesión de la verdad,
sinceramente, pienso que en mi país se están dando las circunstancias para
afirmar sin mucho temor a equívocos que, si no exactamente eso, algo muy
parecido a “ganar tiempo para esconder el trofeo” se está produciendo. Pues
¿cómo se explica que el PSOE se aferre al poder y no adelante las elecciones
generales con la política que está llevando a cabo que no deja de producir
parados, pobreza, malestar sin precedentes en pensionistas y en los que lo
serán pronto y en los jóvenes que está el ¡50%! sin trabajo y sin perspectiva
de encontrarlo en mucho tiempo, endeudamiento en todas las Administraciones,
deuda cada vez más cara, déficit público y privado en aumento incontrolable,
ruina casi total en las PYMES y las Microempresas, rebajas salariales cada día
menos asumibles y subidas de impuestos generalizados (a los que los pagan),
despilfarro de dinero público inigualable en el mundo desarrollado, corrupción
en todos los niveles de la vida pública (lo de los ERE de Andalucía ya clama al
cielo), favoritismo descarado a la gran Banca que, lógicamente, aplaude sus
medidas de sometimiento de la economía real a la especulación y el parasitismo
de rentistas e intermediarios financieros sobre trabajadores, autónomos y
pensionistas (el salvamento de la rentas de la plutocracia internacional), y el
mismo favoritismo a familiares y amigos con total desprecio por la igualdad de
oportunidades y la justicia social, etc., etc.?
¿Se
tratará, reitero, de “ganar tiempo para esconder la captura” o será una
“maniobra” para tener tiempo de ocultar cualquier “papel” comprometido? Lo
mismo me da, que me da lo mismo, ya que, “cuando el grajo vuela bajo, hace un
frio del carajo”.
28-02-11
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