MISERABLE ARBITRARIEDAD
El
llamado deporte rey, el futbol, ha sido siempre una de mis pasiones, y aunque a
algunos les pese jugaba algo más que bien, sin la suerte de que me viera nadie
capaz de percibirlo. Pero no me gusta escribir nada de ese ni de ningún deporte
porque pienso que hay otras cosas de que hacerlo más importantes. Por tanto,
reprimo mi jactancia con frecuencia y, aún a pesar de “saber” mucho de él, no
exhibo tales sapiencias.
Mas,
lo que está pasando con el Barcelona y el Madrid clama al cielo y ya no me
puedo aguantar más: porque no se trata de esa “patadita” (otra este año también
merecedora de la expulsión a perpetuidad) a un contrario sin balón de Pepe hace
uno o dos domingos (ya no lo recuerdo) que nadie vio –nadie, ni público, ni
árbitros, ni TVs, nadie-; o de la falta que le hicieron a Reyes, que costó un
gol al Atlético (un calco del de hace, creo, dos temporadas y que supone que
los árbitros, además de parciales, son reiterativos cada vez que la ocasión lo
requiere), y la mano intencionada de un defensa blanco que era un clarísimo
penalti a favor del Atlético (quien pita un penalti en el Bernabeu a favor del
contrario se juega la carrera, lo saben hasta los niños); o, ya más reciente,
ese penalti pitado al Atlético de Bilbao –con el resultado justito de dos a
uno- que nadie duda de que de haberse producido en el área blanca no se habría
pitado; o las tantas y tantas jugadas con polémica de su rival el Barcelona –no
este año, sino todos los años- resueltas, como no, siempre a su favor. No, no
se trata de esas y muchas más miserables arbitrariedades una temporada tras
otra, que también, sino de la parcialidad de las TVS de este paraíso de país
que tenemos, cada vez más expertas en las artes de la ocultación, que no paran
de repetir una y otra vez, y seguro que lo harán hasta la cansina, como el
Atlético de Madrid, tantas veces expoliado por los merengues (en las cinco
últimas temporadas ha habido “polémicas” siempre resueltas a favor de los del
bombín y aún se recuerda los dos arbitrajes en una copa del Rey de Guruzeta
–q.e.p.d), marcó un gol en fuera de juego a la Real Sociedad –fuera de juego
harto dudoso- y se benefició de un posible penalti no pitado –dudoso también,
pues el jugador no tiene intención y sus manos están muy cerca del cuerpo-,
seguramente, para que nadie hable de un triunfo justo que es algo que sólo
pertenece al Real Madrid o al F.C. Barcelona.
Muy
miserable, sí, una vil iniquidad lo de estos “roqueros” del pinganillo que
arbitran cada vez peor –a todos menos al Madrid y al Barcelona-, y de las TVS
cómplices del desbarajuste informativo que padecemos por sus más que perversos
nepotismos.
22-11-10
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