INDECENCIAS PERMITIDAS
En
una magnifica carta publicada en uno de los periódicos nacionales de mayor
tirada diaria, un señor, desde Zaragoza, nos deleita con una “radiografía” de
la honradez de los dirigentes públicos y privados españoles. Así, nuestro
puesto 30 en el ranking mundial de corrupción a mi me da que no se ajusta mucho
a la realidad, pues mucho me temo que para tal ranking sólo se hayan computado
los casos más conocidos que este Sr. señala (Marbella, Gürtel, Mallorca arena,
Merca- Sevilla, SGAE, Palau de la música, etc.) y, por ejemplo, no se haya
investigado mucho en los casos que pudieran darse en las CCAA españolas donde,
como todos sabemos, hay mucha tela más que cortar. Así, por ejemplo, en
Extremadura (gobierno “socialista” durante casi toda la “democracia”), la
comunidad donde nací y donde vivo, se han destapado una serie de casos
últimamente que no tienen nada que envidiar a los ya conocidos y, quizás, algún
día los extremeños sepamos si es cierto eso que está en la mente de mucha gente
de que “algo huele mal en Extremadura” referido al “Sr. de los hierros”, el Sr.
Gallardo, y al hecho de que algunos años sus empresas han llegado a recibir el
75% del total de las ayudas para las pymes extremeñas y otros “apoyos” de la
Junta en la que siempre ha tenido algo que decir su sobrino Francisco Fuentes
Gallardo número dos del PSOE regional desde hace muchos años.
Pero,
con ser grave, gravísima, la corrupción que nos afecta –los dos partidos
políticos mayoritarios están plagados de pancistas, vividores y chorizos- hay
algo, lo relata este Sr. desde Zaragoza sólo en parte por motivos de espacio
obviamente, que es igual de gravísimo y que además crea impotencia e
indefensión, lo que, como él señala al final, significa que la sociedad está
gravemente enferma.
Es
lo que servidor ha enunciado como “INDECENCIAS PERMITIDAS”. Tales como:
Que
los directivos y ejecutivos de los Bancos y de las Entidades de Ahorro y
Financieras cobren millones de euros, incluso habiendo logrado su ruina con su
mala o partidista gestión que ahora tenemos que “arreglar” con dinero público,
es una indecencia permitida que se traduce además en un mayor costo a los
ciudadanos de los servicios que estas Entidades prestan y que los convierten en
indefensos usuarios. Muy, muy peligrosa una sociedad indefensa. Al final,
cuando ya no pueda pagar, se rebelará -pero de verdad, no como lo del 15-M- y
habrá que lamentarlo, todos lo lamentaremos.
Que
las Grandes Empresas y las Grandes Fortunas tengan sociedades en paraísos
fiscales para no pagar impuestos (el impuesto de sociedades -35%- se queda
realmente en el 9,9% según el Erario) y que la evasión fiscal que generan sea
el 91% del total, así como que no se permita a los Inspectores de Hacienda
combatirlas y reducir la economía sumergida (diez puntos menos nos acercarían a
la media europea y nos supondrían cerca de 40.000 millones de euros de
recaudación adicional, suficientes para no tener que hacer recortes injustos)
es una indecencia permitida que lleva a aumentar las desigualdades de renta y
sociales.
Que
cualquier Institución Pública pueda endeudarse libertinamente (mediante
publicidad y propaganda, ayudas sin control, sinecura desmesurada,
construcciones faraónicas sin necesidad y una legión de altos cargos, personal
de libre designación y asesores, etc., etc., etc. y muchos más etc.) sin que
nadie se haga responsable y ello suponga la necesidad imperiosa de subir
impuestos y tasas, es una indecencia permitida.
Que
los Bancos y las Cajas de Ahorro y cualquier Entidad Financiera y todas las
grandes Corporaciones sin excepción cometan abusos, facturaciones falsas para
arreglar sus cuentas y sea imposible defenderse sin tener que pagar primero
para poder reclamar (si no pagas Telefónica te corta el servicio, Iberdrola la
luz y así todas las demás aunque la factura sea errónea) es una indecencia
permitida que se agrava con las subidas de precio sin motivo ni razón en el
caso de las Corporaciones y con los precios abusivos por los servicios en el
caso de las Entidades Financieras que, además, cometen cobros duplicados como
es el caso de los famosos números rojos por los que hay que pagar dos veces.
Que
los políticos puedan tener todos los privilegios que ellos mismos se conceden y
unos salarios desorbitados para lo que hacen (que también ellos mismos se
ponen), amén de un sinfín de “entradas” que, como se ha podido demostrar,
innumerablemente, en muchos casos les hacen ricos y poderosos, es una indecencia
permitida que inunda de mediocres, vividores y desvergonzados sin el menor
talento el oficio de la política, y que, como está claro con la que nos han
montado mentirosamente para favorecer al capital, han dejado patente su alto
grado de descerebrados.
Que
haya Tribunales de Justicia en los que sus miembros son nombrados por los
partidos políticos es una más que indecencia permitida que trae consigo que
gentuza como ese Sr. Botín, los Albertos y algunos más que no sabemos estén en
la calle. Claro que en la calle también está ya ese otro Sr. del BBVA que acaba
de indultar el gobierno de los obreros en una irrecusable indecencia más.
Que
la Ley Electoral que rige nuestra “democracia” sea una ley favorecedora de los
partidos mayoritarios que permite que millones de votos no sean computables y
que el de un catalán o vasco valga más que el del resto de españoles es una
indecencia permitida propia de una dictadura en lugar de una democracia. No sé
cuantos, pero los miles de votos que en las pasadas elecciones generales los
extremeños han dado a Izquierda Unida (IU) no han servido nada más que para que
no los reciban el PSOE o el PP. Los votos de IU, como se dice vulgarmente, han
caído en saco roto. Y lo peor es que a los ladrones no se les cae la cara de vergüenza
y, por el contrario, lo celebran con gran jolgorio.
Que
los Sindicatos mayoritarios estén “comprados” por los gobernantes mediante
ayudas y cursos de formación haciendo baldía su misión de defensa de los
intereses de los trabajadores es una indecencia permitida que está dando lugar
a que la calle este muerta contra los abusos y expolios que recibe la
ciudadanía y que no se avance lo más mínimo en mejorar las políticas sociales y
cada día se acrecienten más las desigualdades. Y que la Patronal, así mismo,
también esté “subvencionada” (más de 500 millones de euros/año) es, desde
luego, otra indecencia permitida que no se da en ningún país de nuestro entorno
político y económico.
Las
ayudas que llegan de la UE y que acaparan los Latifundistas (caso de la Duquesa
de Alba, entre otros) es otra gran indecencia permitida que se está cargando
nuestra economía agraria y está empobreciendo cada día más a los jornaleros,
especialmente, extremeños y andaluces que pronto solo podrán vivir del PER y de
la beneficencia.
Sinceramente,
se podrían enumerar un sinfín de indecencias permitidas en esta mal llamada
democracia que no es sino una especie de dictadura moderna, pero ¿de qué nos
sirve a quienes lo hacemos? De nada. Naturalmente porque, que se oculte
deliberadamente todo lo que dice alguien que es manifiestamente mejorable o
todo lo que supone alguna crítica comprometida, es la mayor de todas las
indecencias permitidas y de ello es muy culpable gran parte de la prensa
escrita.
No
obstante, para terminar este escrito y aunque me llamen pesado o reiterativo,
quiero denunciar la indecencia permitida de lo que ocurre con la “famosa” Deuda
Pública española… y de los otros Estados: sólo el 0,7% de la deuda de los países está en manos
privadas y el resto en manos de Entidades Financieras, los mal llamados
“mercados” (supongo que entre estas Entidades Financieras habrá “muchas”
españolas, como no puede ser de otra formas estando algunos de nuestros Bancos
entre los primeros del mundo), lo que supone que se forren (especialmente, como
es de dominio público, sus directivos y ejecutivos) de la manera más sencilla y
más escandalosa: obteniendo dinero al 1,5% del Banco Central Europeo (BCE) y
comprando deuda pública al 5%-6% ó, incluso, al 7% con ese mismo dinero que es
de los países que conforman la UE. Es decir, comprándonos “algo” con nuestro
propio dinero y recibiendo por su generosidad para “arreglar” las Cuentas
Públicas un excelente beneficio del, ya dicho, 5%-6% ó 7%. ¿Y por qué no compra
deuda el BCE en lugar de prestar dinero para que lo hagan otros? Pues, porque
lo tiene prohibido en sus estatutos, ya que, los que lo crearon ya se
preocuparon de que esto no pudiera ocurrir para beneficiar claramente a los
LOBBYS financieros, y el hecho de que la norma se haya “saltado” para con
Italia y España ha sido con la condición impuesta a sus gobernantes de
establecer recortes sociales que puedan favorecer a Corporaciones y
Aseguradoras acercándoles las privatizaciones.
Lo
dicho, lo de la Deuda Pública es una enorme indecencia permitida que, al menos
en España, ningún gobernante conocido de los dos partidos mayoritarios tendrá
agallas para afrontar y que nos hará ser un sumiso chucho más de las
conveniencias de alemanes y franceses y dará lugar a subida del IVA, bajada de
sueldos (quizás hasta a ese nuevo contrato –adiós miserable SMI- de 400 € para
jóvenes) y recortes en las pensiones y en el gasto social para, como no hay
otra manera mejor, empobrecer a los más posibles lo más posible; de tal manera
que se haga cada vez más notoria la máxima neoliberal: “que muy pocos tengan
demasiado y demasiados tengan demasiado poco”.
12-12-11
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