¿CACIQUISMO? ¡NO HOMBRE, NO! MODOS.
Javier
Marías –el País Semanal, 29/03/09-, con la objetividad propia de su saber,
trata, en su artículo “un sinfín de no sé qué”, el tema del caciquismo. Y dice,
entre otras cosas, que el Sr. Fabra (Presidente de la Diputación de Castellón y
persona, al parecer, muy relacionada con el tema) manifiesta que: “hoy se puede
colocar a un montón de gente, asesores, secretarios, directores generales,
subdirectores, subsecretarios, asesores de los consejeros, directores
territoriales, secretarias de no sé qué…, y toda esa gente es un voto cautivo,
que lo tengáis muy claro”. Así pues, lo del voto agradecido o cautivo suena
mucho a caciquismo y a tráfico de influencias.
Más
adelante, Javier Marías, dice estar convencido de que Fabra no es el único
político español que “coloca” a gente superflua sin ton ni son para contentarla
y darle un sueldo por figurar y asegurarse su voto futuro. ¿Cuánta gente está
sufragada por el Estado (Autonomías, Diputaciones, Ayuntamientos) y por qué
éste mantiene con los impuestos de todos a una parte privilegiada de la
población que no sirve para nada?, declara. Y termina diciendo que lo ve como
una monumental estafa.
Bien.
¿Caciquismo dice Vd? ¡No hombre, no! Son modos; formas de hacer las cosas para
bien de todos y para dar empleo dicen los políticos que mandan.
Sr.
Marías, aprovecho para invitarle a que visite Extremadura (hace muy poco ha
estado aquí SM la Reina y no le ha pasado nada; esta tierra, mientras no se
haga la refinería de interior -monstruo contaminante-, es muy sana y guapa, muy
guapa) pues aquí, en la tierra del funcionariado (lo son el 30% de los
trabajadores), el partido político que “gobierna”, el, podríamos decir, Partido
Socialista Obrero Extremeño Institucional (PSOEI) por los años que lleva en el
poder, considera que no hay despotismo sino una forma de que la región se
desarrolle poniendo en cada sitio a los mejores…, según su criterio, claro.
Verá
cómo funciona el desarrollo del subdesarrollo; cómo y por qué somos la última
sardina de la banasta; verá cómo somos los peores en casi todo, por no decir,
todo, si es algo importante como la Salud, la Educación, LA POBREZA, la presión
fiscal, la corrupción y el despilfarro (casi 1.700 coches oficiales y despachos
a tutiplén en cualquier sitio, incluido el del Sr. Ibarra -con cuatro
empleados- tras su abdicación), etc., etc. Comprobará por qué nuestro PIB es el
mismo que hace 25 años y deducirá –sin que nadie se lo tenga que explicar- por
qué también somos los que tenemos la renta per cápita más baja de la Nación.
Percibirá,
puesto que tenemos más funcionarios que nadie, que esta tierra está plagada de
Organismos Oficiales con sus correspondientes Altos Cargos, Asesores, Personal
de Confianza y no sé cuantos titulillos más; incluso tenemos hasta un
Observatorio financiero, para gloria de la sinecura.
Si,
Sr. Marías, vislumbrará como, después de la abdicación, con la llegada del Dr.
Fernández Vara pensamos que todo iba a cambiar; que llegaba por fin la
modernidad que llevábamos treinta años esperando y que cada vez que había
elecciones se nos anunciaba. Pero las píldoras del Presidente Vara, como no
podía ser de otra forma, son, por lo visto hasta ahora, las mismas que las del
Sr. Ibarra: Seguir haciendo lo mismo para que no cambie nada con la superchería
de que habrá resultados diferentes. O sea, las píldoras, como he oído a
alguien, del “Socialdespilfarrismo”; o la expresión, simpática, como oí en una
ocasión: “el yo, me, mi, me, conmigo”.
Y
ya, para terminar y no cansarle más, algo sobre el problema más acuciante de
los españoles y, cómo no, en mayor medida, de los extremeños: el paro.
También
tenemos, sino el mayor, uno de los índices de paro más altos del País, rondando
el 20% (casi siete puntos por encima de la media nacional), que, en mi opinión,
está directamente relacionado con gran número de votos (en el censo de parados
–lo he dicho hace unos días en otro escrito- está mucha gente que no debiera y
faltan otros que si deberían estar) y eso no se puede consentir, porque las
prestaciones que reciben los que realmente están parados dejan mucho que desear
por culpa del número, y porque asusta demasiado para que los que sí tienen
trabajo puedan denunciar sus justas reivindicaciones.
Además,
el que sea así o muy parecido, hace que el Gobierno nacional y autonómico se
preocupe solamente lo imprescindible para la galería pues saben muy bien que el
censo de parados no es el que es, y si fuera correcto estaríamos muy cerca de
los niveles de Francia, Alemania, Italia o el Reino Unido. Aunque claro, una
simple corrección pondría en Andalucía y Extremadura a más de un político en
esa “inflada” lista y la alternancia política es posible que, por fin, se
diera. Me temo, no obstante, que tenemos PSOEI para rato… y, posiblemente,
autócratas también.
Aprovecho,
ya que estamos con el tema del paro, para agradecer a alguien que se denomina
NELSON que lea mis escritos, y aunque la gente que se esconde en un mote o siglas
no son santos de mi devoción pues pienso que no sirven ni siquiera para estar
escondidos, le envío un cordial saludo y, sin ánimo de hacer pedagogía, le
recuerdo la primera regla político-sindical: “Trabajar es para el que no sabe
hacer otra cosa”. Cierto, Sr. Nelson, que no pego ni golpe…, y lo peor es que
no sé hacer otra cosa.
01-04-09
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