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miércoles, 3 de agosto de 2016

DE BANCOS Y CAJAS Y BAJOS SALARIOS


DE BANCOS Y CAJAS Y BAJOS SALARIOS

 

A nadie se le escapa ya que los Bancos españoles y las Cajas de Ahorros no padecen ninguna crisis; siguen repartiendo beneficios entre sus accionistas, y sus Ejecutivos –y más sus Presidentes- continúan, como antes, cobrando cantidades astronómicas.

Pero con el argumento de las deudas interbancarias -que dudo mucho sean ciertas, pues cómo se explican sino esos enormes beneficios (más de 20.000 millones de € los Bancos, 8.000 millones las Cajas)- han reclamado el auxilio del Estado que, cuan buen progenitor, ha acudido rápidamente en su ayuda, ¿pues para qué está sino? Al rescate –como se dice ahora- con el dinero de los contribuyentes que, no haría falta decir, si tenemos que pagar un poco más en impuestos para un “mejor servicio público”, ¿qué problema hay? ¡Sí vivimos todos como ricos y apenas pagamos nada!

Válgame Dios. Qué País…, y qué Gobierno.

¿Y cómo se ha fraguado ese auxilio? Con disimulo, con mucho enmascaramiento, ya que la mayoría de españoles somos torpes e ignorantes y no nos enteramos de nada. O sea: Mediante avales (de 200.000 millones de €), que, dicho en plata, es poniendo nuestra cara por ellos (imaginen si no cumplen lo que ocurriría); realizando subastas de dinero (¿lo puede alguien entender?); y, el colmo, garantizando parte de los depósitos que los ciudadanos tienen en todas las entidades, lo que significa, a mi modo de ver, que el dinero del ahorro no sabemos en donde está invertido –Cajas y Bancos no responden de él, o, al menos, de una gran parte- y si, llegado el caso, se podrá recuperar o se lo ha llevado también algún financiero como el estadounidense Bernard Madoff en versión “fabricado en España”.

Todo esto hace suponer –perdón si me equivoco- que la política española está endeudada, “empreñada”, como dice un Sr. mayor amigo mío. Es decir, para entendernos, que detrás de este “regalo público” puede que esté el hecho de alguna que otra condonación o, quizás, la concesión de créditos baratos para las elecciones que se avecinan a los principales partidos políticos que, sabido es, se han mostrado totalmente unánimes a la hora de su aprobación parlamentaria.

¿Y por qué entonces Bancos y Cajas, “solucionada su papeleta”, no conceden créditos como antes que hagan funcionar el consumo y sujeten el paro?

Para mí está muy claro: A las PYMES (no a todas, pero si a muchas) no les dan créditos porque jurídicamente es muy difícil cobrar las deudas, lo que significa que se tienen que dotar de una gran confianza y eso en los tiempos que corren es difícil que se dé; el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha triplicado la morosidad y, además, hay muchos desalmados y filibusteros sueltos que, ¡qué curioso!, son iguales que ellos. De modo que -con perdón de nuevo-, como dice el dicho: “De puta a puta San Pedro es calvo”.

Y a los ciudadanos –a los que no se ha tragado el “agujero negro” del paro aún- se les niegan los créditos, a mi modesto parecer, en razón de los bajos salarios del País que no permiten, obviamente, afrontar los gastos que genera esta sociedad de consumo superfluo y de ocio desmedido junto al hándicap de una presión fiscal desmesurada necesaria para poder mantener a tantos y tantos cargos y funcionarios innecesarios. Sólo hay que ver –lo he dicho en otras ocasiones- cómo franceses, alemanes, ingleses, nórdicos, etc. que disponen de unos salarios mucho más altos -nos doblan en algunos casos- han aumentado su índice de desempleo en uno o dos puntos mientras en España –en eso los doblamos nosotros- ha subido en cinco o seis y, lo que es peor, sigue subiendo.

Dicho lo dicho, se debería tener en cuenta al Presidente del Círculo de Empresarios de Cataluña que, quiero recordar, aconsejó subir los salarios si queríamos salir de ésta, pues lo único que nos puede “salvar” es el consumo. Pero para consumir hay que tener poder adquisitivo y el de los trabajadores españoles ha subido en la última década un ¡0,4%! mientras el de los ingleses, por ejemplo, lo ha hecho un 27,3%.

Aunque me temo que con la iglesia hemos topado:

La Patronal está por el abaratamiento del despido, pues según ellos es dos veces más caro que en Francia y el Reino Unido que son dos economías más avanzadas que la nuestra; pero olvidan –intencionadamente, pienso- que en esos Países la temporalidad es el 14,4 %  y el 5,9% respectivamente, muy lejos de la de España que se sitúa –record de la UE-27- en el 31,7%, y eso significa –les guste o no- que en este País hay ya demasiada flexibilidad y el despido es injustamente barato por el impacto del empleo precario.

Y el Gobierno (¡del Partido de los trabajadores!) está por la reducción de la jornada de trabajo y, en consecuencia, del salario; es decir –sin necesidad de pasar por Salamanca-, por reducir como sea y a costa de quien sea o lo que sea el vergonzoso índice del paro (actualmente del 14,4%, también record de la UE-27) y mandar a unos dos millones de trabajadores a engrosar el alto tanto por ciento de pobreza relativa que, si mal no recuerdo, es, así mismo, uno de los mayores de la UE-27.     

23-02-09

 

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