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miércoles, 3 de agosto de 2016

EQUÍVOCOS


EQUÍVOCOS

 

Creo, humildemente, que cuando hablamos de desempleo, de sueldos, de cotizaciones sociales y de todo lo relacionado con estos temas que están ahora, por desgracia, en boca de todos, se producen equívocos que, por diversas razones (políticas unas y de interés y avaricia para una mejor explotación obrera otras), se tratan de ocultar al ciudadano aún a pesar de que la prensa no para de suministrar datos al respecto. Claro que, como se lee poco y a la mayoría de los que lo hacen les interesa más la prensa deportiva –que pena, entre ellos una ingente cantidad de docentes- estos datos se pierden y pocos proceden a su análisis. No obstante, hay que seguir luchando aunque no se sea docto en la materia, ya que el mundo sindical, que es quien debiera, no lo hace. Y, desde luego, las personas y, con más motivo, los trabajadores tienen todo el derecho a estar bien informados y a que no se les cuenten milongas o se les hagan falsas comparaciones. Porque, cuando se les embauca, se les roba el derecho a la imparcialidad.

Sobre el desempleo –nada es peor para la economía real- nos deberían decir, entre otras cosas, ya que el número de desempleados puede afectar a las prestaciones que reciben, porqué figuran en las listas personas que han sido prejubiladas y, casi seguro, no van a volver a trabajar; o personas que todos sabemos que están en la economía sumergida (muchas como empleadas de hogar o de la hostelería, por ejemplo); o las muchas personas que, si bien han sido dadas de alta y han cotizado, nunca han trabajado (mujeres, preferentemente, para cobrar la ayuda familiar); o todas esas personas que llevan años y años como demandantes de empleo pero que nunca han trabajado; o todos los que se inscriben por primera vez, que, pienso, deberían estar en un grupo aparte, o, al menos, diferente, no tan prioritario como los que han perdido el empleo (¿para qué empezar a trabajar tan pronto?, si cotizando 15 años puedes tener una pensión más alta que quien lo ha hecho 35 o 40, todo es cuestión del importe que en ese corto periodo se cotice); o esa gente “mayor”  -entre las que me encuentro- que de sobra se sabe que nadie va a emplear y que cobran una cantidad –eso sí, miserable-, especie de prejubilación, de manera ininterrumpida hasta que les llegue la jubilación real; o un sinfín de personas que trabajan en la venta a domicilio por catálogo de empresas de funcionamiento piramidal (podría nombrar algunas, pero no quiero hacer publicidad gratuita); etc.; etc. En fin, que las cifras del desempleo, por lo dicho, no son las que se dan (hay muchos votos en juego, sobre todo en el mundo rural, para acometer la reforma necesaria) y porque también hay otras muchas personas que deberían estar y no están como es el caso de los trabajadores autónomos que van cayendo como moscas y nadie les presta el más mínimo interés. En cualquier caso, la situación es dramática para mucha gente y para muchas familias que tienen a todos sus miembros en paro, y el gobierno -la política, sobre todo- teme más el derrumbe de la banca usurera (que es quien le procura los medios materiales necesarios para el adoctrinamiento de las masas y la compra de opiniones y voluntades, cuando no, del silencio y la censura) que un conflicto social que, de no ser por el “secuestro” sindical, ya estaría sufriendo.

Más no hay que preocuparse, porque -según los Gerifaltes- todo se va a solucionar muy pronto; aunque a un servidor, ojala que yerre, le suena casi como eso que dijo alguien que ahora no recuerdo: “Extraña actitud la de atribuirse el mérito de lo no sucedido sin reconocer, en cambio, ninguna responsabilidad en lo ocurrido”. 

Sobre salarios, se nos debería explicar cómo es posible que haya países dentro de la UE que han tenido aumentos del poder adquisitivo de hasta un 27% en la última década, mientras el de los españoles sólo ha subido un 0,4% en el mismo periodo, y por qué estamos unos 12.000 € por debajo de la media de la UE en salario medio y 13.000 € por debajo de Francia o en menos de la mitad que Alemania o El Reino Unido (superamos únicamente a Polonia, Portugal y Grecia) y, encima, nos lo quieren congelar o incluso bajar (el de los trabajadores, claro, porqué el de los ejecutivos no se somete –lo digo más abajo con motivo de lo de Seat- a ningún proceso, y el de los Altos Cargos del Estado ha subido un 5,1%, el triple que la inflación).

Es fácil entender, sin necesidad de ser Paul Krugman o cualquier otro premio Nobel, que si el salario es “suficiente” se fomenta el consumo, y si hay consumo hay empresa, y, por descontado, si hay empresa hay trabajo (otra cosa es que la empresa sea pública o privada, pero eso es harina de otro costal). Por tanto, la renta se tiene que repartir mejor, con beneficios más bajos y salarios más altos. Con precios más bajos y salarios más altos se podía haber atenuado la crisis. Todos los datos reflejan el retroceso de los salarios en el reparto de la renta desde principio de los 80 y, por el contrario, el aumento de la tasa de beneficios (que en el periodo 1999-2006 fue de un 73%, nada menos), casi todo lo contrario de lo que ha ocurrido en la UE, que, consiguientemente, está sobrellevando “la deleznable apoteosis de la avaricia” un poco mejor que nosotros.

Antes de continuar con mi modesta opinión, y ya que hablamos de salarios, quiero manifestar mi horror por lo que ha ocurrido en la planta de Seat en Barcelona: Los trabajadores sometidos, mediante consulta “democrática”, a la dura elección de elegir entre ganar lo mismo o menos –con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo- o perder el empleo. O sea, dicho en plata, seguir trabajando –es la opción que ha ganado- humillado, ultrajado y esclavizado como en otros tiempos no muy lejanos, o pasar a engrosar la larga lista del desempleo. Triste realidad para el mundo del trabajo, provocada por la avaricia de empresarios, directivos y gobernantes corruptos sin escrúpulos que se siguen llenando las faltriqueras del mismo modo que antes de la crisis. Crisis que, quién sabe, si quizás la han provocado ellos para cortar el “bienestar” de todos que, obviamente, perjudica su status social de privilegios, de distinción e incluso de bula.

Me pregunto qué ocurriría si los ciudadanos, en razón de la crisis, nos negáramos a pagar algún que otro tributo abusivo con los que se nos oprime y ello llevara a todos los que viven de la política, gracias a éstos, a elegir entre bajarse el sueldo (el abusivo sueldo de todos sin excepción, por no decir los sueldos, pues hay muchos que cobran dos o más), irse a su anterior trabajo –mal pagado, como todos- o al paro para que las cuentas públicas puedan cuadrar… Sencillamente, no aceptarían ni siquiera el proceso, jamás se lo plantearían porque son una jábega de vividores.

Y también me pregunto qué harán los alemanes (dueños de Seat) en su País para seguir construyendo vehículos. ¿Someterán a los trabajadores a un proceso similar? Me da que les faltarán agallas…, y eso que allí el salario medio –como he dicho antes- es más del doble que en España.

Sobre cotizaciones sociales –perdónenme por reiterativo- transcribo parte del escrito que publiqué con fecha 12-11-08 para que quede claro que la patronal miente cuando compara los datos de España y los de Europa para pedir que dichas cotizaciones les sean rebajadas al objeto de ser más competitivos. Veamos (la referencia para el cálculo es el año 2005, pues desconozco las actuales, pero seguro que apenas si hay unas décimas de diferencia). “…las cotizaciones sociales a cargo de los empresarios (30,15% en España, 24,2% en la media de la UE y 19,7% en Alemania) se podían reducir en nuestro País para mejorar la competitividad. Pero el 30,15% de un salario medio de 20.438 € (el de España) son 6.162 €/año, mientras que el 24,2% de un salario de 34.412 € (media de la UE) son 8.327,70 €/año y el 19,7% de un salario de 41.691 (el de media en Alemania) son 8.213 €/año. Es obvio que donde menos paga el empresario es en España, y ello sin contar las numerosas ayudas y bonificaciones según sean los contratos y las edades de los trabajadores…” Por cierto, nos acaban de llamar la atención en la UE por el bochornoso número de contratos precarios y temporales que es muy superior a la media de la Comunidad.

Además ocurre, como saben muy bien los empresarios, que mientras en Europa las cotizaciones sociales han subido en los últimos diez años sobre un 18%, en España sólo lo ha hecho un 3%.

No conformes con esta petición engañosa de las cotizaciones, los empresarios también han pedido que se suba el IVA y el IRPF y se les baje a ellos el Impuesto de Sociedades. O sea, más presión fiscal para los contribuyentes –como si no tuviéramos ya bastante- y más bonificaciones –como si no fuera suficiente con las muchas que ya tienen, sin contar las mil y una ayuda- para sí.

En resumen: En el desempleo, que debería ser sagrado, hay manipulación interesada para el voto, lo que demuestra que esta Democracia no es sino una Cacicastura; los salarios y el poder adquisitivo están por los suelos y eso tiene mala solución en un País de tantos y tantos aprovechados  por cualquier circunstancia, amén de por la crisis y por las carencias sindicales; y los empresarios –todos no- y, en parte, la Administración tergiversan todo lo que pillan –cotizaciones sociales incluidas- para, de una manera usurera y corruptamente escandalosa, aumentar sus beneficios y dar rienda suelta a su avaricia y expoliación de los derechos más indiscutibles.

24-03-09

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